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BODEGAS QUMRAN
Bodegas y Viñedos Qumran, S.A.

2009
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EMPLAZAMIENTO

El proyecto se sitúa en el paraje natural del Valle del río Duero, en una zona de orografía suave y contornos definidos destinada casi en su totalidad a la producción vitivinícola y ganadera. La bodega se emplaza en el denominado “Pago de las Bodegas” El acceso a la misma se realiza mediante una ascensión lenta donde se suceden diferentes escenarios, desvelando el nuevo edificio entre vestigios de cuevas y lagares. Dentro de la finca, el ascenso continúa entre viñas por el camino tradicional de vendimia, rehabilitado. El edificio emerge en cada paso, mostrándose finalmente por su cara norte, como una prolongación del terreno.

ESTRATEGIA

El proyecto de bodega busca la integración con el paisaje y la minimización del impacto visual. La estrategia, atendiendo también a las ventajas intrínsecas, se basa en el aprovechamiento del desnivel de la parcela que se ocasiona como consecuencia de  una formación silíceo-arcillosa del subsuelo, que se encuentra en el extremo S-O de la misma, conformando un desnivel de unos cuatro metros y extendiéndose a lo largo de veinte metros bajo la superficie. De esta forma, se entierra parcialmente el edificio y se aleja la fachada sur (más alta) del límite de la parcela, creando una plaza multifuncional rodeada de vegetación autóctona.

FACHADAS COMO INTERFACES

Se proyectan dos caras largas que inciden directamente en el proceso de elaboración vitivinícola y apoyan el trabajo de campo a lo largo del camino de vendimia. Esta tipología alargada proporciona una potente relación interior-exterior, ventajas funcionales y ergonómicas que se traducen en unas buenas condiciones lumínicas, de ventilación natural, máximo aislamiento térmico, así como una conexión coherente entre espacios interiores.

A norte, las cinco puertas de vendimia conectan física y programáticamente el campo con la sala de elaboración, y actúan de puntos de vertido de uva por gravedad. A sur, la fachada se escalona y el voladizo se acentúa para crear un gran ventanal que acompaña los dos espacios más luminosos: la sala de elaboración y las oficinas. En el cuerpo más bajo se sitúan los programas auxiliares, que a la vez actúan de colchón térmico de los tres programas principales: elaboración, crianza y maduración; a norte. Tanto la pica exterior como el banco de la plaza son piezas contextuales pensados para paliar el rigor de los trabajos del campo; punto de limpieza y riego y lugar de reposo, respectivamente.

CAMPO ABIERTO

Los límites de actuación se difuminan al dar continuidad a la vegetación existente: se planta vid en el límite meridional, extendiendo el campo, y arbustos y plantas aromáticas, a oeste. La manipulación es mínima: se deja que el verde se fusione de forma casi natural con el paisaje existente y sus geometrías. En este sentido, el jardín trasciende más allá de sus límites y se funde con la naturaleza circundante, como un paisaje prestado o shakkei.

Eventualmente, la cubierta funciona como mirador recuperado, extendiendo el edifico hacia el paisaje. El programa interior actúa como fuerza generatriz o sismo, modificando el contorno, generando una topografía dirigida, que intenta sintetizarse con el entorno.

LOS NUCLEOS DE ACCESOS

Concebidos como umbrales o espacios de transición interior-exterior, suavizan el impacto de entrada y salida a la intemperie. Son profundas cavidades o antesalas donde se comprime el espacio y generan cobijo y sombra (las temperaturas son extremas a lo largo del año) y, a la vez, a Norte, actúan de cortavientos. Los accesos forman parte de los núcleos estructurales que contienen las instalaciones, los almacenes y los servicios, a la vez que estructuran el espacio en tres naves principales: crianza, elaboración y maduración. De esta manera, las salas de los extremos quedan cerradas (evitando recorridos innecesarios y la consecuente alteración de temperatura, luz, sonido, etc.), mientras que la sala central (sin condicionantes de aislamiento térmico ni lumínicos) funciona como sala de trabajo diario.  

TOPOGRAFIA PROGRAMÁTICA

De esta forma, más allá de buscar sólo una relación mimética con el entorno inmediato, la cubierta actúa como un catalizador de las fuerzas que se dan en el interior del edificio. Así, las dos bandas complementarias se adaptan a las necesidades espaciales del programa interior reflejando

tanto el máximo rendimiento energético como la máxima eficiencia programática posibles,

convirtiéndose en una topografía natural, progresiva y adaptada del lugar.

En este proceso de abstracción, el hormigón “in situ” representa el material total, que da continuidad a la tierra a partir de la tierra. Material despojado de adornos, portante y acabado, da respuesta a los requisitos funcionales básicos: economía material y de ejecución sin dificultadready made-, escaso mantenimiento, buena inercia térmica, posibilidad de aligerarlo insertando aislamiento térmico en una sola capa.   

 

Fotos: José Hevia



www.bodegasqumran.es
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